P. Los hijos de mi marido regresan a nuestra casa con todo tipo de historias sobre su madre y lo que hacen en su casa. Siento que no tengo privacidad. Les he dicho a los niños en múltiples ocasiones que lo que sucede en nuestra casa es asunto nuestro, y no me importa lo que sucede en la casa de su madre, pero ellos continúan hablando de eso allí. Es simplemente exasperante y no sé cómo hacer que paren. ¿Qué es una buena ex-etiqueta?
R. No quieres que se detengan. En verdad, deberías alentarlo. Los abusadores les dicen a los niños que no lo cuenten. Estos niños no están fanfarroneando ni chismeando, están compartiendo su vida.
La primera regla de una buena ex-etiqueta es: “Pon a los niños en primer lugar”. Enmarcó su pregunta desde su perspectiva. Lo entiendo, es tu vida, pero tomaste la decisión de casarte con un miembro de esta familia. Los niños no lo hicieron ni tuvieron la opción de tener que vivir en dos hogares.
Para complicar aún más la situación, los padres y los padres extra suelen convencerse de que la vida de un niño se detiene cuando abandonan su hogar. “Este es su verdadero hogar. Simplemente están visitando esa otra casa, esperando el momento oportuno hasta llegar a casa”. Algunos padres no creen que lo que sucede en ese otro lugar sea tan importante como lo que sucede en su casa, por lo que abiertamente descartan o comparan las historias que los niños cuentan.
En realidad, estos niños comparten la doble ciudadanía. Son miembros de ambas familias y si se les educa para creer que una familia no es tan buena o “temporal”, eso reforzará los sentimientos de inseguridad y de no sentirse seguros en ninguno de los hogares. Es por eso que es trabajo de los padres y de los padres extra buscar formas de trabajar en equipo, creando una transición lo más fluida posible entre hogares.
Aquí es donde los padres separados y sus nuevas parejas se burlan de la sugerencia de convertirse en un equipo de co-paternidad. “No me llevaba bien con ese imbécil cuando estábamos juntos. ¡Celebro todos los días que no tengo que vivir con ellos!”
Puede que eso sea cierto para usted, pero es poco probable que los niños sientan lo mismo. Aman a sus dos padres. Merecen una relación amorosa con sus dos padres. Si ha decidido no vivir más con el otro padre, es trabajo tanto de usted como del otro padre, además de cualquier persona con la que usted o el otro padre esté involucrado, crear una atmósfera que permita a esos niños prosperar en ambos hogares.
¿Cómo haces eso? Fomentar la comunicación abierta y la transparencia. No hay secretos en ninguna de las casas.
Cuando un niño llega a casa con una historia sobre el otro hogar, buena o mala, interese, no se ofenda. Si se necesita más aclaración, cree un entorno en el que ambos hogares puedan explorar lo que se informa y no tomárselo como algo personal.
No es necesario ser una pareja para criar a estos niños juntos, pero sí deben anteponer el bienestar de los niños al suyo propio. No importa si los niños son tuyos biológicamente o no. Viven contigo. Impactas su vida. Esa es una buena ex-etiqueta.
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