Los empleados del Hotel Bonaventure en el centro de Montreal hicieron huelga durante el fin de semana para exigir mejores salarios, condiciones de trabajo y capacitación.
Esto sigue a la huelga sorpresa de 24 horas realizada por los trabajadores del Hotel Queen Elizabeth el lunes pasado, la primera huelga desde el comienzo de las negociaciones entre la industria hotelera y Confederación de sindicatos nacionales-sindicato afiliado Federación de comercio (FC-CSN), que incluye 30 hoteles en Quebec.
La FC-CSN está negociando con los empleadores la renovación del convenio colectivo desde abril y afirma que estos últimos se muestran reticentes a aceptar demandas relacionadas con el salario.
Los trabajadores del sector hotelero exigen un aumento salarial del 36% en cuatro años para compensar las pérdidas económicas de la pandemia y la inflación. También piden una tercera semana de vacaciones, mayores contribuciones a los seguros, mejores programas de formación para los nuevos empleados, una distribución más equitativa de las propinas y el fin del uso de agencias de colocación temporal.
El 3 de julio, el 95 por ciento de los trabajadores de Queen Elizabeth adoptó una orden de huelga de 120 horas, que puede dividirse en horas o días. La misma orden fue adoptada posteriormente por los empleados de Bonaventure.
El hotel no ha hecho comentarios al respecto, pero a principios de mes algunos hoteleros dijeron a Radio-Canada que los miembros del sindicato están pidiendo mucho y que las condiciones de trabajo en el sector ya son buenas. Dijeron que estaban dispuestos a negociar.
‘Decidido a ser respetado’
Michel Valiquette, responsable sindical del sector hotelero de la FC-CSN, afirma que el convenio colectivo anterior preveía un aumento salarial del 8%, lo cual no era suficiente. Según él, existe un problema de retención en el sector, en gran parte debido a los bajos salarios y a una formación inadecuada.
“Queremos atraer nuevos trabajadores y retenerlos”, afirmó Valiquette.
“La gente está decidida a ser respetada”.
Barry Eidlin, profesor asociado de sociología en la Universidad McGill especializado en políticas laborales, dice que la industria hotelera está tratando de ponerse al día después de sufrir grandes golpes durante la pandemia.
En 2019, el precio promedio de una habitación era de 192 dólares por noche, pero bajó a 143 dólares por noche en 2020, con una tasa de ocupación promedio del 21 por ciento.
Los trabajadores fueron los más afectados por la caída de la pandemia, ya que no pudieron trabajar.
“Muchos de ellos perdieron sus empleos. Además, se produjo un aumento del costo de vida después de la pandemia”, dijo Eidlin.
“Estas cosas se combinaron para dejar a los trabajadores del sector hotelero muy atrás en términos de poder adquisitivo y de su capacidad para llegar a fin de mes para ellos y sus familias”.
El año pasado, la industria demostró que se estaba recuperando: una habitación costaba 216 dólares por noche en promedio en 2023, con una tasa de ocupación del 70 por ciento.
Eidlin dice que los empleados deberían ver esto reflejado en sus condiciones de trabajo.
El sindicato espera que los empleadores vuelvan a la mesa de negociaciones mediante estas huelgas limitadas y específicas, que podrían dar lugar a acciones de mayor escala si las negociaciones no avanzan. En agosto está prevista una jornada de huelga conjunta con todos los trabajadores del hotel.