La Corte Suprema de Israel emitió una orden judicial el viernes congelando temporalmente el despido del jefe del Servicio de Inteligencia Nacional, según un fallo publicado en el sitio web de la corte.
El fallo permitirá que el tribunal considere las peticiones lanzadas contra el despido, que fue aprobada por unanimidad por el gabinete el jueves por la noche, con una decisión a más tardar el 8 de abril, según el comunicado.
El primer ministro israelí, Benjamim Netanyahu, anunció la semana pasada que había perdido la confianza en el jefe de Shin Bet, Ronen Bar, y tenía la intención de despedirlo, lo que provocó que decenas de miles se unieran a manifestaciones en Jerusalén y Tel Aviv esta semana protestando por el despido, que los críticos vieron como un intento de socavar las instituciones estatales clave.
En una carta al gobierno publicada el jueves, Bar dijo que el despido, que siguió a semanas de tensión por una investigación sobre acusaciones de sobornos que involucran a Qatar y ayudantes en la oficina de Netanyahu, se basó en acusaciones sin fundamento y motivadas por otras preocupaciones ilegítimas.
Las protestas, que se basan en oleadas anteriores de manifestaciones antigubernamentales, se han mezclado con acciones de los partidarios de los rehenes israelíes que aún tienen en Gaza que se han sorprendido por la decisión de reanudar el bombardeo del enclave palestino después de semanas de un alto el fuego.
Netanyahu, con una mayoría segura en el Parlamento y reforzado por el regreso del ministro de Seguridad Nacional de línea dura, Itamar Ben-Gvir, ha podido cepillar las protestas, pero subrayan las divisiones en la sociedad israelí que se han profundizado desde su regreso al poder a fines de 2022.
El despido de Bar siguió a más de dos años de hostilidad entre los partidarios de Netanyahu y los elementos del establecimiento de seguridad y defensa que empeoró la culpa de las fallas que permitieron el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, el peor desastre de seguridad en la historia de Israel.
Incluso antes de la guerra en Gaza había habido protestas masivas sobre los planes de Netanyahu para frenar el poder del poder judicial, una medida que justificó como una verificación necesaria sobre la extralimitación judicial, pero que los manifestantes vieron como una amenaza directa para la democracia.