“Lo que sí quiero es tranquilizar a la gente porque habrá especulaciones debido a la cantidad de tiempo que me voy a tomar y que voy a ir a rehabilitación de drogas; no lo haré”, añadió. “No he recaído. Sé que ha habido algunos artículos ciegos horribles en Internet acerca de que mi esposo me encontró en un foso de crack y estaba rodeada de hombres. No sé quién está difundiendo estos viciosos rumores, pero eso no es cierto”.
Pero si bien Lily no está luchando contra el abuso de sustancias, actualmente está librando una batalla cuesta arriba. El mes pasado, compartió que su estado mental había comenzado a afectar sus hábitos alimentarios.
“No estoy en un gran momento mentalmente”, compartió en otro episodio de su podcast en diciembre. “No como, pero no tengo hambre. Obviamente tengo hambre, pero mi cuerpo y mi cerebro están tan desconectados entre sí que mi cuerpo, los mensajes del hambre, no van de mi cuerpo a mi cerebro”.