Cuando Jacinthe Lévesque ayudó a crear el proyecto Viande Solidaire en 2020, fue una pequeña solución a lo que parecía un problema local.
Los agricultores del área alrededor de la ciudad de Coaticook, Quebec, estaban viendo cómo se desperdiciaba la carne de ciertos animales porque las estrictas leyes de protección animal de Quebec hacían demasiado difícil llevarla al mercado.
Al mismo tiempo, los programas alimentarios locales carecían de fuentes de carne fresca asequible.
Como copropietario del Abbatoir Régionale de Coaticook, un matadero certificado e inspeccionado, Lévesque vio una forma práctica de resolver ambos problemas.
“Los animales sólo tienen que recorrer una corta distancia para llegar a nuestro matadero”, dijo.
El proyecto tenía tanto sentido que ahora se entregó a Moisson Estrie, una organización sin fines de lucro de seguridad alimentaria, para que lo expanda en los municipios del este.
“Esperamos que este proyecto pueda utilizarse en todo Quebec”, afirmó Christian Bibeau, director ejecutivo de Moisson Estrie, explicando que ya está en conversaciones con organizaciones de otras regiones para compartir la idea.
Quebec AM11:44Colectivos de municipios ofrecen carne solidaria
El concepto detrás del proyecto gira en torno a la relación de los agricultores con la Ley de Seguridad y Bienestar Animal de la provincia.
La ley prohíbe a cualquier persona cargar un animal en un vehículo para su transporte si hacerlo podría causarle sufrimiento como resultado de “enfermedad, dolencia, lesión o fatiga”, dice la ley.
Del mismo modo, no se permite descargar ningún animal en una subasta si parece estar sufriendo.
Esta combinación de restricciones hace que los ganaderos sean muy cautelosos a la hora de decidir qué animales envían fuera de la región para su sacrificio comercial, según Christian Kaiser.
Kaiser es un productor de leche en el área de Coaticook y vicepresidente del sindicato de productores agrícolas en Eastern Townships.
“Los productores ya no quieren correr riesgos”, afirmó. “Puede recibir multas si encuentra en el camión un animal que no debe transportarse”.
Aunque los agricultores tienen cierta flexibilidad para sacrificar un animal para sus propias familias, eso rápidamente resulta en más carne de la que una familia necesitaría.
“La carne todavía está perfectamente buena”, señala Marjorie Tyroler, directora del Centro de Acción Benévole de Coaticook.
Dijo que la presencia del matadero local es lo que hizo posible la idea de Viande Solidaire. Como los animales ya no necesitan ser transportados largas distancias, hay menos preocupación de que sufran daños en el camino.
El resultado es que animales cuyos cadáveres se habrían desperdiciado de otro modo se han utilizado para ayudar a alimentar a personas necesitadas.
Para Bibeau de Moisson Estrie, ampliar el programa es una forma de ayudar a desviar estos residuos a mayor escala y al mismo tiempo crear nuevas asociaciones con agricultores de todos los municipios.
“Es una gran oportunidad para colaborar y encontrar nuevos socios a nuestro alrededor”, afirmó, explicando que hasta ahora sólo 17 agricultores han participado en el programa Viande Solidaire.
Siempre que las organizaciones puedan encontrar nuevos mataderos regionales con los que asociarse, eso deja un gran potencial para nuevas fuentes de alimentos para programas que enfrentan una necesidad cada vez mayor.