Los transportistas y productores están conteniendo la respiración ante una posible huelga de miles de trabajadores ferroviarios este mes que detendría el tráfico de mercancías, obstruiría los puertos y perturbaría las industrias.
Se espera que el tribunal laboral del país decida el viernes si una huelga pondría en peligro la salud y la seguridad de los canadienses.
La Junta de Relaciones Industriales de Canadá está examinando si es necesario continuar con los envíos críticos en caso de una huelga, y si se debe suspender cualquier posible interrupción del trabajo hasta que se tome una decisión.
Los observadores dicen que la posibilidad de una huelga probablemente seguirá sobre la mesa después de la decisión, ya que los actores de industrias que van desde la agricultura hasta las grandes tiendas minoristas se preocupan por las consecuencias.
John Corey, presidente de la Asociación de Gestión de Carga de Canadá, cuyos miembros incluyen a Canadian Tire y Home Depot, dijo que un paro laboral prácticamente paralizaría el tráfico de materias primas, y que algunos transportistas ya están desviándose de sus rutas antes de la posible interrupción.
El ministro de Trabajo, Steven MacKinnon, se reunirá el lunes por la mañana en Gatineau, Quebec, con líderes de los dos principales ferrocarriles de Canadá y el sindicato que representa a unos 9.300 trabajadores para discutir las consecuencias para la economía y la cadena de suministro.