¡Frrrommmm Chicago!
La noticia de la semana pasada sobre el retiro de Derrick Rose de la Asociación Nacional de Baloncesto trajo a muchos habitantes de Chicago de regreso a aquellos años emocionantes que comenzaron en 2008, cuando los Bulls ganaron improbablemente el derecho de llevarse a la estrella local Rose desde la primera selección del draft, a su temporada de MVP y finalmente a su agonizante lesión de rodilla de 2012. Durante ese período previo a la lesión, los fanáticos de los Bulls se emocionaron cuando las presentaciones del United Center identificaron a Rose por su ciudad natal en lugar de por su universidad, lo cual es habitual.
En términos de leyendas deportivas locales, Rose se une a Dick Butkus de los Bears como los únicos jugadores con el talento para estar en la conversación por ser los mejores en sus posiciones y cuyos mejores años se vieron acortados por lesiones brutales. Butkus creció en el lado sur cuando todavía había trabajos en fábricas y una clase media robusta en esa parte de la ciudad. Rose, nativa de Englewood, creció en el mismo lado de la ciudad en una época en la que la pobreza y la violencia eran enormes obstáculos que superar.
Los superó, lo hizo. Rose tomó la liga por sorpresa, ganando el premio al Novato del Año en 2009 y al Jugador Más Valioso dos años después, cuando los Bulls perdieron ante el Miami Heat de LeBron James en las finales de la Conferencia Este.
Ni Butkus ni Rose olvidaron jamás sus raíces en Chicago. Los llevaban como insignias de honor. Esa es en parte la razón por la que Rose, quien es difícil de creer jugó en Chicago sólo siete de sus 16 temporadas, será recordado primero como un Bull… y un chicago.
Rose siempre será un legendario “qué pasaría si” para los fanáticos de la NBA, no solo en Chicago sino en todo el mundo. Nadie de la modesta estatura de Rose en la historia de la NBA jugó la posición de armador con su combinación de fuerza, velocidad y capacidad de salto.
Para gran crédito de Rose, regresó de múltiples lesiones de rodilla durante muchas temporadas como un jugador productivo y valioso. Pero lo que había convertido su juego en un deporte de élite había desaparecido; la habilidad estaba ahí, la explosividad no.
Fuera de sus años de supernova en Chicago, el juego más memorable de Rose fue el asunto de retroceder el reloj en 2018 cuando vistió una camiseta de los Minnesota Timberwolves y anotó 50 puntos, la mayor cantidad de su carrera, contra el Utah Jazz desde afuera, desde adentro y en todos los puntos intermedios. . Muchos fanáticos de la NBA se quedaron sin aliento al ver este regalo inesperado en la noche de Halloween. La propia rosa deja que las lágrimas fluyan libremente después del juego. Por una noche, la magia volvió.
Al final, jugar 16 años después de las múltiples lesiones de rodilla que sufrió Rose fue un logro tan grande como esas jugadas asombrosas de las primeras temporadas. Rose mostró verdadero coraje del lado sur. Sólo alguien que pasa por esto puede comprender el trabajo y el dolor soportados en múltiples rehabilitaciones.
Rose nunca ganó un campeonato, al igual que Butkus, a quien esta página celebró después de su muerte hace casi un año. Pero los dos nunca serán olvidados simplemente por la forma especial en que jugaron.
Chicago se enorgullece de considerar suyo a Derrick Rose.
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