QUERIDA ABBY: Mi hijastra tiene una hija de 11 años a la que llamaré “Kristina”. Se porta muy bien, pero en casa le enseñan que el amor se mide en dólares.
Ella constantemente está insinuando los regalos y dulces que quiere.
Se ha puesto tan mal que cuando ella se queda conmigo, pospongo los recados porque invariablemente encuentra algo en cada tienda que necesita o quiere. No me importa comprarle cosas de vez en cuando, pero los artículos que compro a veces son devueltos a la tienda o vendidos por su madre.
Si compro un regalo para otro nieto, tengo que ocultarlo porque Kristina cree que es suyo. Si ve dinero en mi cómoda, habla de cuánto dinero le han dado otros. Se sirve nuestro plato de dulces sin pedir permiso y, a veces, reflexiona sobre cuántos regalos le habrían dado sus parientes muertos si todavía estuvieran vivos.
Luego está su cumpleaños. Cada año, después de Navidad, comienza a insinuar que se acerca su cumpleaños. Abby, ella nació en Julio! Durante seis meses, casi sin excepción, menciona su cumpleaños en cada conversación hasta que está segura de que le he comprado un regalo.
He probado una variedad de respuestas, pero ella no entiende la indirecta.
Ni siquiera sugieras que hable con sus padres al respecto, porque gastan dinero que no tienen para comprarle regalos y luego tienen dificultades para pagar las facturas. Tampoco parecen apreciar lo que hacemos por ellos y no siempre nos lo agradecen.
Cualquier otra sugerencia que pudieras darme sería apreciada.
— CANSADO DE LA MANIPULACIÓN
QUERIDO CANSADO: Habla con los padres de Kristina nuevamente. Esta vez, diles exactamente lo que me has dicho: que su principal tema de conversación es lo que quiere que le des en la próxima ocasión de regalarle, porque parece obsesionante.
Dígales que ha tenido la impresión de que su hija parece considerarle menos un abuelo cariñoso que una máquina expendedora de juguetes, y que esto es poco sutil y desagradable.
Luego, si no transmiten el mensaje (lo que permitiría a Kristina salvar las apariencias) tú Deberías hacerlo.
Si aceptas este escenario actual, su mal comportamiento sólo continuará.
QUERIDA ABBY: Amo a mi portero.
Estoy casado y soy mayor que él. Él también está casado. Lo conozco desde hace años y coqueteo con él todo el tiempo. Él le devuelve el coqueteo y se pone muy rojo.
Un día vino a mi apartamento para ayudarme con algo. A propósito tenía una combinación transparente. Quería besarlo. Lo pillé mirándome, pero fue muy educado y no intentó nada.
Sólo me pregunto si debería intentar besarlo la próxima vez o tratar de mantenerme alejada de él. Realmente me vuelve loco.
– GRAN ADORACIÓN EN NUEVA YORK
QUERIDA PERSONA QUE ME GUSTA: Le debes una disculpa a tu portero por lo que has estado haciendo. Si te preocupas por esta persona, no pongas en peligro su trabajo llevando esto más lejos. Si lo haces, esta aventura no tendrá un final feliz.
QUERIDOS LECTORES: Feliz Día del Padre a los padres de todo el mundo: padres biológicos, padrastros, padres adoptivos y adoptivos, abuelos y todos ustedes, hombres afectuosos que asesoran a los niños y desempeñan el papel de padres ausentes.
PD: Además, un gran reconocimiento a las mamás con doble función. Los aplaudo a todos, hoy y todos los días. — AMO, ABBY
Dear Abby está escrita por Abigail Van Buren, también conocida como Jeanne Phillips, y fue fundada por su madre, Pauline Phillips. Comuníquese con Dear Abby en www.DearAbby.com o PO Box 69440, Los Ángeles, CA 90069.